¿Más equidad de género, menos violencia contra la mujer?

En América Latina y el Caribe, un reto encabeza la lista de asuntos pendientes: la violencia contra las mujeres y las niñas.

En los últimos años, la región ha logrado avances significativos en la reducción de la brecha de género, particularmente en salud y educación. La tendencia general para América Latina  y el Caribe desde 1980 hasta 2014 ha mostrado un progreso significativo en el logro de la paridad educativa y de salud y, un avance moderado hacia la paridad económica. En muchos países, el número de mujeres inscritas en educación terciaria supera a los hombres. Sin embargo, estos avances no se han traducido, necesariamente, en una mayor paridad en el ámbito económico o político. Por ejemplo, si bien la participación de la mujer en el mercado laboral es alta, la brecha salarial por género sigue siendo significativa.

En América Latina, al menos 12 mujeres son asesinadas todos los días simplemente porque son mujeres. Esa es la trágica estadística de los femicidios en nuestra región, según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL). En cifras absolutas, esto representa aproximadamente la misma cantidad total de víctimas de homicidio en Europa al año. Sin embargo, en nuestra región, la violencia contra las mujeres y niñas se ve relegada a un segundo plano por otros tipos de violencia, como la violencia de pandillas y organizaciones de crimen organizado. Si bien la proporción de homicidios con mujeres como víctimas es baja respecto al total de homicidios (aproximadamente el 10%), la tasa es mucho mayor que en otras partes del mundo. Para ser precisos, la tasa de mujeres víctimas de homicidios de América Latina y el Caribe es de 4,3 por cada 100.000 mujeres, casi el doble del promedio mundial de 2,3.

Gráfico 1

Fuente: Base de datos de Small Arms Survey, 2016. http://www.smallarmssurvey.org/de/tools/interactive-map-charts-on-armed-violence.html

Más allá de los homicidios, es importante recordar que las mujeres que son víctimas de violencia de pareja a menudo son re-victimizadas muchas veces a lo largo de su vida. Mientras que para muchos ciudadanos el miedo a la violencia significa quedarse en casa y cerrar las puertas, para estas mujeres el peligro está exactamente detrás de esas puertas donde no hay seguridad. Según la Organización Mundial para la Salud, el 29,8% de las mujeres en América Latina y el Caribe han sufrido violencia física y / o sexual por parte de la pareja en algún momento de su vida. Esto se compara con el 23,2% en los países de altos ingresos (América del Norte y Europa Occidental), pero el 37,7% en el sudeste asiático y el 37% en la Región del Mediterráneo Oriental.

 

 

Si bien los países de América Latina y el Caribe están avanzando significativamente hacia una mayor igualdad de género, la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema importante que requiere prevención focalizada y provisión de servicios.

La educación no parece ser una panacea para reducir la victimización de las mujeres. De acuerdo a varios estudios, existe una relación directa entre el nivel de educación de las mujeres y la incidencia de la violencia de pareja (a mayor educación, menor violencia conyugal). Pero, se ha encontrado que hay predictores de victimización todavía más significativos, como por ejemplo haber presenciado violencia del padre a la madre. De hecho, un estudio del BID encuentra que, en seis países de la región, esta transmisión intergeneracional de violencia, es decir, la probabilidad de que una mujer repita le experiencia de su madre, aumenta en la misma cantidad independientemente de si la hija adulta completó la educación secundaria o no. 

Si bien los países de América Latina y el Caribe están avanzando significativamente hacia una mayor igualdad de género, la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema importante que requiere prevención focalizada y provisión de servicios. Además, a pesar de los altos niveles de violencia en la región, los enfoques de seguridad ciudadana con demasiada frecuencia no consideran la violencia infligida por la pareja y la violencia sexual como cuestiones de seguridad ciudadana. Es hora de que cambie este paradigma.

 

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FUENTE: https://blogs.iadb.org/sinmiedos/2018/03/08/mas-equidad-de-genero-menos-violencia-contra-la-mujer/

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