Participación ciudadana e información: una relación sin precedentes en la historia

Flavia Milano

Flavia Milano

(^) crédito foto cabecera Mariano Nocetti.

Quedaron varios aprendizajes luego de cerrar exitosamente la reunión anual más importante de América Latina en temas de participación ciudadana en abril de 2019. Año a año las agendas se preparan con mucho trabajo de intercambio interno para atraer al debate a representantes de universidades, cámaras de comercio, asociaciones, empresas sociales, fundaciones, organizaciones.  

Participan especialistas del Grupo BID además de expertos a nivel internacional. Este año más de 1000 registrados en el marco del foro Grupo BID-Sociedad Civil provenientes de 26 países han tenido la oportunidad de analizar un tema tan central como el futuro del trabajo con panelistas como Google, Laboratoria y otros. Este tipo de encuentros son una oportunidad única para intercambiar información presencial, profundizando el análisis de temas ineludibles para la reducción de la pobreza sumando la perspectiva y fuerza de la participación ciudadana. Esa participación ciudadana hoy va más allá de las propias organizaciones de la sociedad civil, los Gobiernos y las empresas.

Si solo pensamos que el 66% de la población mundial, unas 5.000 millones de personas, poseen hoy un teléfono celular, nos damos cuenta que acceder a la información es, gracias a la expansión y el abaratamiento de los costos de las nuevas tecnologías, más fácil que nunca antes en la historia. Este no es un dato menor y representa sólo el primer paso. Tan importante como el intercambio de información, o aún más, es poder evaluar su confiabilidad: cuando hacemos clic en un contenido, ¿verificamos quién lo crea?, ¿quién lo difunde, qué fuentes lo sustentan? Los datos demuestran que no es así, ya que las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidad de volverse virales en redes sociales.

En paralelo a la diseminación de información otros factores regionales como la madurez de los sistemas democráticos, el crecimiento económico, el empoderamiento de la clase media, y la creciente conciencia ambiental y social de consumidores y empresas, han cambiado para siempre el concepto y alcance de la participación ciudadana.  La actualización de instrumentos para una vinculación estratégica que incluya, pero no se limite, a acciones de información tanto para brindarla como para captar tendencias, se revela un factor clave para todo actor que quiera estar sentado en la mesa de discusión hacia los años venideros.

Las agencias de desarrollo como el Grupo BID que lidera estos temas en América Latina y el Caribe, elaboró una nueva estrategia de relacionamiento con la sociedad civil, y hoy lleva adelante su plan de acción, donde las reuniones anuales forman parte de sus esfuerzos para avanzar desarrollo no sólo otorgando información veraz sino también captando tendencias y percepciones para mejorar la calidad de las decisiones. En materia de información para los grandes proyectos de desarrollo, como son los de infraestructura o los del sector extractivo, que por sus dimensiones son susceptibles de alcanzar la vida de muchas personas simultáneamente, es fundamental el acceso y la diseminación de información pertinente, oportuna y entendible. En pocas palabras dar a conocer desde temprano la información que se retransmitirá en solo un clic del propio teléfono.

La participación ciudadana hoy va más allá de las propias organizaciones de la sociedad civil, los Gobiernos y las empresas. Si solo pensamos que el 66% de la población mundial, unas 5.000 millones de personas, poseen hoy un teléfono celular, nos damos cuenta que acceder a la información es …, más fácil que nunca antes en la historia.

Un ejemplo es el de la Mesa de Buenos Vecinos de Sierra Gorda. Este municipio rural del norte de Chile amenazaba volverse una comuna fantasma. Todos los años perdía habitantes. Pero hacia fines de la década de 1990, el emplazamiento de varios emprendimientos mineros de extracción de cobre y oro revitalizó la economía y el empleo local. Sierra Gorda comenzó a repoblarse. Pero los habitantes de la comuna estaban preocupados por los posibles efectos negativos de la actividad minera en la región.

Las empresas operaban sin que la comunidad supiera bien qué estaban haciendo. Como respuesta a esta inquietud, en 2006 los vecinos crearon la Mesa como instancia de encuentro y diálogo con las empresas. Al principio agrupaba a las organizaciones sociales, pero luego incluyó al municipio y a vecinos no organizados. Actualmente tiene un mecanismo sistemático y sostenido por medio del cual canaliza las inquietudes sociales y ordena el trabajo de las empresas con la comunidad. De este modo se involucra a los vecinos en el diseño de proyectos de empleo, educación y cuidado del medio ambiente y se maximiza el impacto de la inversión social.

Esta iniciativa pionera ha permitido el reconocimiento mutuo de empresas, gobierno y vecinos como interlocutores válidos, demandando y generando información en un marco de confianza para discutir cómo aprovechar las oportunidades de desarrollo en beneficio de toda la comunidad.

Existen muchas otras buenas prácticas cuyo valor estriba en comprender que la complejidad de los temas de desarrollo requieren conocer de primera mano y de las voces de varias perspectivas, cuál es la mejor vía de acción para generar crecimiento sostenible. Sin dudas trasmitir información confiable y veraz es el primer nivel para la construcción de confianza, como piedra angular de la gobernanza pública y de toda intervención de empresas y de organizaciones de la sociedad civil. Para estas últimas en particular, luego que los últimos años se ha visto una desintermediación, donde la ciudadanía se ha organizado en hashtags, y donde para volver a ser relevante, hay que convertirse sin dudas en un referente confiable de información.    


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Flavia Milano

Flavia Milano

Especialista Senior en Operaciones y consejera del Vicepresidente de Países en los temas de participación ciudadana | sociedad civil. Flavia lideró el proceso de la nueva Estrategia de Relacionamiento del Grupo BID con Sociedad Civil y su Plan de Acción. Es miembro del Consejo de Expertos en Participación Ciudadana del Banco Mundial. Líder de equipo en proyectos regionales sobre Participación ciudadana y avance agendas climáticas de los gobiernos; inclusión comunitaria e Industrias Extractivas, entre otros. Ha trabajado en temas de participación ciudadana en Europa, África, América Latina y el Caribe.

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