Presentamos el caso de Visión Amazonía en Colombia, donde la lucha en contra de la deforestación ha unido a ciudadanos, gobiernos, y empresas.
Llevar a cero la deforestación neta del bioma amazónico colombiano es una misión ambiciosa, que no puede lograrse sin la participación directa de sus habitantes, a nivel de información, diálogo, colaboración e incluso alianzas. Esa idea está en el corazón de la propuesta de Visión Amazonía, un programa que busca promover el desarrollo y la conservación forestal en áreas designadas a través de la colaboración con los pueblos indígenas colombianos.
A través de un esquema de pago por resultados, los grupos nucleados en la REDD+ reciben recursos a cambio de una reducción comprobada de las emisiones por deforestación en un área determinada. Esta manera innovadora de tender un canal de alianzas con la ciudadanía en favor de las agendas climáticas se alimenta también con acciones en otros niveles de relacionamiento, como campañas de información y sensibilización en los territorios.
Una de las características de Visión Amazonía es que busca incorporar el conocimiento indígena en el manejo y uso del bosque. Las estrategias de reducción de la deforestación son consensuadas con estos pueblos e incluyen sus prácticas.
Visión Amazonía se estructuró en cinco pilares, a partir de un análisis de los factores determinantes de la deforestación, las potencialidades y debilidades de la institucionalidad ambiental y las oportunidades derivadas de la conservación del bioma. Esos pilares son:
Así, por ejemplo, uno de los proyectos nucleados bajo el paraguas de Visión Amazonía es el intercambio de semillas entre poblaciones. A partir de un ejercicio de diagnóstico, las comunidades determinan para qué semillas tienen excedente y cuáles necesitan. El conocimiento de las mujeres juega un rol importante: son las guardianas de semillas las que gestionan esos espacios de intercambio, a partir de su conocimiento tradicional en cuanto a la preparación de alimentos propios y de su aspecto nutricional. Así, además, en la iniciativa se cruza también como objetivo empoderar a las mujeres indígenas y promover su liderazgo en la toma de decisiones, en tanto agentes de cambio con la capacidad de mejorar la calidad de vida en sus comunidades. Esta idea se entrelaza con un concepto aportado por los pueblos originarios del Amazonas: la chagra, una variedad de cultivos de donde nace la base alimenticia de estas comunidades tradicionales y donde se gestan productos maderables, artesanales y medicinales. Al instalar la chagra en cada comunidad, se busca recuperar especies de semillas que se estaban perdiendo y transmitir ese tipo de saber, que puede tener efectos positivos para la conservación, en las generaciones más jóvenes.
Para construir este tipo de estrategias, Visión Amazonía desarrolló 13 talleres con grupos indígenas y ayudantes técnicos, para que el proceso fuera colaborativo y las partes se retroalimentaran entre sí. Como resultado de este proceso, las comunidades indígenas de la Amazonia presentaron 41 propuestas de proyectos, de las cuales 10 fueron elegidas para su implementación. Además del trabajo con las comunidades en el territorio, Visión Amazonía genera acciones y productos de conocimiento, como infografías y videos de fácil comprensión, que pueden ayudar a tender puentes con otros actores de la sociedad civil cuyos esfuerzos también contribuyan al logro de los compromisos climáticos de Colombia.
Iniciativas como esta, insertas en una planificación efectiva del relacionamiento ciudadano para avanzar en agendas climáticas resultan clave en el contexto actual, en el que muchos gobiernos han identificado la oportunidad de “invertir en las infraestructuras adecuadas para reactivar el crecimiento y, al mismo tiempo, facilitar la consecución de los objetivos del Acuerdo de París.” En línea con esto, el Grupo BID ha lanzado su propia iniciativa para el desarrollo sostenible de la región amazónica: un fondo centrado en la gestión sostenible de la agricultura, la ganadería, los bosques, el capital humano, las ciudades y las infraestructuras; que espera recibir unos 1.000 millones de dólares en donaciones.
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