Cambio climático: cuando las agendas climáticas de gobiernos avanzan también gracias a la inclusión de las partes interesadas

América Latina y el Caribe (ALC) es la segunda región del mundo más expuesta a desastres naturales y a los efectos del cambio climático. Los datos evidencian como entre 1998 y 2020, los eventos geofísicos relacionados con el clima provocaron la pérdida de 312.000 vidas y afectaron directamente a más de 277 millones de personas en ALC.

 

El aumento de la temperatura media global está originando fenómenos extremos que incrementan riesgos especialmente para las franjas más vulnerables de la población.
Los ejemplos de los últimos años son alarmantes: Los Andes tropicales han perdido el 30% y más de su superficie desde la década de 1980. En Guatemala, El Salvador y Nicaragua, 7,7 millones de personas experimentaron altos niveles de inseguridad alimentaria en 2021, sumado los impactos y consecuencias de los huracanes Eta e Iota. La “megasequía” de Chile, que dura ya 13 años, es la más larga de los últimos 1.000 años; las precipitaciones extremas causaron centenares de muertos y desplazaron a muchos miles; los corrimientos de tierras fueron mortales en Brasil; y el aumento del nivel del mar pone en peligro a las poblaciones costeras.
Nuestras estimaciones indican que los daños causados por el cambio climático podrían costar a la región 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2050.

 

Cambio climático: pilar prioritario para el desarrollo

En 2021, el Grupo BID alcanzó un máximo histórico de financiamiento de US$6.000 millones de dólares en actividades relacionadas con el cambio climático que benefician a los 26 países de la región, alcanzando su meta del 30% de las aprobaciones anuales. Además,  anunció su compromiso de proporcionar 24.000 millones de dólares para financiamiento climático y verde durante los próximos cuatro años.
Demostrando el liderazgo en financiamiento verde, en línea con los marcos regulatorios del Acuerdo de París, la Agenda 2030 y el Acuerdo de Escazú también adhiere al valor agregado que aporta un relacionamiento con partes interesadas en la implementación de sus objetivos de sostenibilidad ambiental.
Los efectos del cambio climático representan una tarea urgente para todos, y la sociedad civil es una parte importante en la promoción de las agendas de gobierno en esta dirección.
En línea con lo anterior, y siguiendo los ejes prioritarios de desarrollo (infraestructura, cambio climático, inclusión social), realizamos un diagnóstico para comprender y echar luz en las acciones de gobierno que avanzan sus NDC con la inclusión planificada, oportuna y significativa de una diversidad de partes interesadas.
En la publicación ‘Gobiernos y Sociedad civil Avanzando Agendas Climáticas’se recopilaron y analizaron buenas prácticas donde se unen agendas de trabajo de cámaras, fundaciones, organizaciones, grupos de pueblos indígenas, afrodescendientes empresas sociales, grupos de ciudadanos junto a las de los gobiernos para alcanzar sus metas climáticas.
De los cientos de casos estudiados se seleccionaron un grupo focal, desde donde se trazaron hojas de ruta para que esos casos de éxito tengan un efecto de fertilización cruzada en nuevos contextos de la región.

Hemos evidenciado que la participación ciudadana ha cambiado, demandando mayor transparencia y responsabilidad ambiental y social de parte de gobiernos y sector privado.


Del enfoque novedoso de la publicación surgió la necesidad de volcar el conocimiento en una metodología que permitiera facilitar el replicar esas buenas prácticas adaptadas a otros contextos. Así surgió una oferta accesible online auto formativa y destinada a funcionarios de gobiernos locales, provinciales y nacionales, así como para ciudadanos y representantes de organizaciones de la sociedad civil (OSC), interesados en emprender iniciativas sostenibles ligadas a la agenda climática de sus países.
La formación tiene el objetivo de otorgar capacidades para enfrentar el cambio climático a través de un vínculo efectivo entre los diferentes actores de desarrollo involucrados aplicando criterios de accesibilidad, sostenibilidad, pertinencia, igualdad de género y equidad social. Cumplidos todos los módulos y superadas las evaluaciones se accede a la certificación del BID.
Para marcar progresos en la formación con nuevas perspectivas deinclusión, el curso  ¿Cómo la participación ciudadana contribuye con las agendas climáticas de los gobiernos?’ se encuentra abierto por tiempo limitado y también accesible en el QR a continuación
El curso tiene una duración de 8 semanas con una dedicación promedio de 1 hora por día, Asimismo, quienes califiquen podrán obtener un certificado adicional de FLACSO Argentina entregando un trabajo final. El certificado equivale a 24 créditos académicos en la Maestría en Derecho y Economía del Cambio Climático.
Más información sobre la oferta formativa disponible en temáticas de gestión de proyectos desde una perspectiva de inclusión de partes interesadas disponible en WiConnect.

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